viernes, 31 de octubre de 2014

KOH LANTA : UNA GRATA SORPRESA

Despues de una hora y media de ferry llegamos a Koh Lanta. Igual que en Ko Phi Phi, pero a menor escala, estaban esperandonos para ofrecernos alojamiento. Cogimos un songthaew y le pedimos que nos llevara a la zona de Klong Nin. Una vez alli fuimos uno por uno recorriendo los diferentes alojamientos de la zona. Decidimos alojarnos en Lanta Nature Beach Resort, en un bungalow mas grande que muchos pisos de Barcelona, con una piscina preciosa y con acceso a la playa. Al llegar la semana antes de que empezara la temporada alta nos salio tirado de precio. Desde que pusimos el pie en la isla nos dio muy buenas sensaciones, ya que nos recordaba a nuestra Formentera; si bien en principio nos queriamos quedar 5 dias, acabamos quedandonos 8. Alquilamos una moto y empezamos a recorrer la isla, llena de vegetacion y de hermosas playas deserticas de arena blanca. Cada una tenia su encanto, su chiringuito y, por la epoca, nada de influencia turistica. Nos informamos en los centros de buceo de las inmersiones a Koh Haa. Muchos centros parecian fabricas de Padi, pero por suerte encontramos uno donde nos atendieron mejor que en ningun otro y nos informaron con todo detalle de las caracteristicas de las inmersiones. Ademas nos enseñaron el centro y el barco. Nos encanto y decidimos realizar las inmersiones con ellos (Go Dive). El dia pactado, nos vinieron a buscar al hotel y al llegar al centro de buceo ya estaba esperandonos nuestro instructor, Doga, que nos dio la bienvenida y nos hizo pasar al barco, indicandonos que subieramos que él se encargaba de prepararnos todo el material. En la parte de abajo del barco estaba todo el material de buceo, preparado de forma personalizada con nuestros nombres. La parte de arriba era un chill out: con un entoldado, bancos a los lados, una zona para tomar el sol y una mesa central donde habia un buffet libre con todo tipo de comida y bebida. El trayecto hasta Koh Haa era de dos horas navegando, aunque se nos paso volando mientras disfrutabamos de la comida y charlabamos con el resto de buceadores y el staff. Doga nos hizo un briffing detallado con mapa de la zona, fotos y explicacion de las especies marinas y demas detalles tecnicos propios de la inmersion... Se notaba que amaba el buceo. Llegamos a la maravillosa Reserva Natural de Koh Haa (nos quedamos cortos al decir "maravillosa") y entendimos porque la situan entre el top 10 de las inmersiones. El agua del mar era tan cristalina que des del barco ya veiamos centenares de peces. A lo largo del dia hicimos tres inmersiones y recorrimos las cinco islas que componen la reserva de Koh Haa. Entramos en unas cuevas que las llaman "Catedrales", por el relieve de las rocas y el efecto que hace bajo el mar la luz del sol al penetrar por las cavidades; despues fuimos a "la laguna", que es una zona de mar franqueada por tres pequeñas islas que la convierten en un remanso de paz; y por ultimo, rodeamos la isla mas grande siguiendo sus paredes coralinas. En todas ellas observamos centenares de especies de flora y fauna marina, hasta pudimos ver nuestra primera tortuga... Simplemente espectacular. El Mar de Andaman nos ha enamorado; tanto es asi, que estamos planteandonos hacer un viaje de vida a bordo en un barco y dedicar una semana bajo el mar. El resto de dias nos dedicamos a recorrer la isla; madrugabamos, comprabamos el cafe en una paradita frecuentada por los locales y con la moto nos ibamos a descubrir todos los rincones. Las playas del sur son las mas autenticas, especialmente la Bamboo bay y la Baan Phu Lae son preciosas; aunque nuestra preferida era la Nui beach...Apenas habia una señal desgastada que te indicaba la playa, tenias que dejar la moto ahi y bajar andando a traves de la jungla. El dificil acceso nos concedia el privilegio de estar completamente solos disfrutando de nuestra playita como si fuera privada. Una de las cosas que nos ha "enganchado" de Koh Lanta es que todavia conserva sus costumbres y tradiciones de la gente de aqui. Por las tardes nos ibamos a los mercados locales y comprabamos pescado a la brasa fresco del dia, pinchos de carne, fruta y verdura. Semejante manjar acompañado de una cerveza fresca nos hacia sentir como reyes. Y nada mejor que acabar los dias deleitandonos con los atardeceres desde la playa, viendo como se fundia el sol en el mar, tiñendo el agua y el cielo con tonalidades naranjas, rosadas, violetas, amarillas y rojas. Este ha sido el destino final de nuestro viaje; perfecto para recargar pilas y disfrutar de los momentos de la vida. Nos vamos de Tailandia con buenas sensaciones respecto al pais y a su gente. Ademas, no nos vamos de vacio, ya que nos acompaña una nueva amistad, la de Ona e Ivan. Nos acompañan en "alma" pero no en "cuerpo"...ellos siguen su viaje por el mundo, o como ellos lo titulan: Un Salto al Vacio (http://blog.onapages.com/)

miércoles, 29 de octubre de 2014

KOH PHI PHI; MUCHO MAS QUE LA MAYA BEACH

Caprichoso es el destino... Cuando llegamos al puerto de Krabi con nuestros nuevos amigos (Ivan y Ona), nos dijeron que no habia ferry para koh Lanta, pero que en 5 minutos salia un ferry para Koh Phi Phi. Los cuatros nos miramos y, aunque no nos habiamos informado sobre nada referente a esta isla, decidimos cambiar el rumbo e ir a la aventura. Llegamos al pier preocupados por el alojamiento, pero con solo poner el pie en tierra ya nos apullaron ofreciendo hoteles y taxi boat. Llegaban a marearte entre lo que te ofrecian y lo que costaba; en fin una locura. Ya que mi nivel de ingles es justito, observe un centro de buceo (Hippo Diver) donde contacte con Enrique y Blanca, dos venezolanos que me dieron muy buen feeling (y la primera impresion se cumplio totalmente: unas bellas personas). Me informaron sobre las inmersiones de la zona y sobre la vida de la isla. Nos facilitaron dejar las mochilas con ellos para ir a buscar tranquilamente un lugar para alojarnos. Fuimos preguntando en varios sitios y cada uno te queria "vender su moto". Nos dijeron que la parte mas bonita y menos turistica de la isla era Rantee bay, pero tambien la mas cara y de dificil acceso (solo con taxi boat por mar). Una mujer nos ofrecio unos bungalows alli a un precio de acuerdo a nuestro presupuesto y ademas nos llevaban gratis... Decidimos jugarnosla y pactamos con ella que pasariamos la primera noche y si nos gustaba nos quedariamos mas. Y asi fue. El lugar era una pasada y los bungalows estupendos y con vistas al mar... De "Luna de Miel" en Phi Phi Rantee Beach Resort. La tranquilidad y la paz en Rantee constrataba con el bullicio de la zona turistica del lado opuesto de la isla. La playa de arena blanca y aguas turquesa de delante del bungalow invitaba a bañarse. Hicimos snorkel ahi y estaba lleno de peces que nos rodeaban!. Ademas, preguntamos al hombre que llevaba el resort si se podia ir andando hacia otros puntos de la isla y nos indico un caminito que atravesaba la jungla por el que llegabas al punto mas alto de Phi Phi, con un mirador desde donde se veia todo el paisaje de la isla, y desde donde partian varios caminos mas que llebavan a otras aldeas, playas, al pueblo principal y al puerto. A la mañana siguiente, nos levantamos prontisimo para llegar a las 8 am al centro de buceo, donde nos esperaba Enrique. Con cafe en mano estuvimos hablando de nuestras vidas, contandonos las mil y una, como si nos conocieramos desde siempre (la vida a veces te da estos regalos: coincidir con unas personas autenticas). Nos dirigimos al barco donde se agrupaban varios centros de buceo, en total conte unas 15 personas. Llegamos al primer punto de inmersion, los tres saltamos al agua, Enrique nos hizo la señal para bajar y empezó el mejor dia de buceo de nuestras vidas. Unas paredes preciosas, rebosantes de corales, todo tipo y colores de plantas marinas; miles de peces de todos los tamaños, colores y formas. Ni en un libro podriamos poner todas las especies que observamos. Comon colofon final, en la ultima inmersion, nos sorprendieron dos tiburones leopardo. Realmente parecia que habiamos buceado con Enrique toda la vida; un profesional como la copa de un pino y una gran persona. Entre una y otra inmersion fuimos a hacer una parada a la Maya Beach (famosa por la pelicula The Beach de Leonardo Di Caprio), infectada de barcos y de gente, apenas dejaban cinco metros visibles de arena. Nos dijo Enrique que los instructores, en broma, la llaman la "express boat beach"... De ahi el titulo de esta entrada: KOH PHI PHI, MUCHO MAS QUE LA MAYA BEACH; pues hemos tenido la suerte de poder apreciar la isla en su totalidad y descubrir que es un autentico paraiso, mas alla de la fama fiestera de Tonsay y de la explotacion turistica de la Maya Beach.

martes, 28 de octubre de 2014

RAILAY: UN LUGAR PARA LA AVENTURA

Des del aeropuerto de Don Muang de Bangkok volamos a Krabi, en el sur del pais. De alli fuimos en un bus local a Ao Nang para coger una barquita hasta Railay. Railay no es exactamente una isla, sino que esta unida en parte a la peninsula; pero esa union esta formada por unas formaciones rocosas tan abruptas que hacen imposible acceder por tierra y tienes que hacerlo por mar. Mientras ibamos en el bus observamos a una parejita al lado nuestro y nos parecio oirlos hablar en catalan. Les preguntamos y resulto que eran de Barcelona. Ellos son Ivan y Ona y, sin saberlo aun en ese momento, se ha ido forjando una bonita relacion de amistad entre los cuatro y se han convertido en nuestros compañeros de viaje. Nos explicaron que estan viajando por el mundo durante once meses. Estuvieron en la India y despues dieron el salto a Tailandia. Casualmente tambien iban a Railay, asi que compartimos la longtail boat (que es la barca tipica de aqui) y, una vez llegamos alli y nos alojamos, fuimos a cenar juntos y estuvimos charlando sobre su viaje, el nuestro y demás cosas de la vida. A la mañana siguiente, recien desayunados, nos pusimos en marcha los cuatro con dos kayaks que alquilamos. Fuimos bordeando la costa e hicimos la primera parada en medio de una cueva formada por dos roca. A lo lejos, pero que muy lejos, observamos un par de islas deserticas que tenian muy buena pinta. Nos miramos los cuatro y para alla que fuimos. Despues de mas de una hora y media remando, llegamos a la primera. No habia nadie por alli. Era un autentico paraiso de postal, con arena blanca y aguas transparentes. Estuvimos bañandonos y haciendo mil fotos y al rato fuimos remando hasta las siguientes dos islas tambien sin habitar, que tenian una forma peculiar con un tramo de arena en medio que las unia. Alli habian dos barcas mas de turistas y nos enteramos que eran las islas Poda y Chicken. Lo extraño era que mirasemos donde mirasemos no habia kayaks.... Eramos los unicos "colgaos" que habiamos llegado remando hasta alli. El clima era espectacular: sol, mar en calma y temperatura agradable. Fuimos bordeando la isla y en una zona rocosa nos paramos a hacer snorkel para ver el fondo marino que estaba lleno de peces. Despues de un buen rato, Juan propuso que nos fueramos; ya que teniamos un buen trecho hasta Railay. La vuelta fue, buff!!!, apoteosica... Empezo a cambiar el tiempo, se levanto viento (que nos iba en contra), el cielo se lleno de nuves grises, las olas cada vez eran mas grandes y se puso a llover. La lluvia se convirtio en tormenta, el cielo estaba negro, las olas nos sacudian el kayak y teniamos que remar cada vez mas fuerte. Incluso nos costaba divisar la linea de costa donde se suponia que teniamos que llegar. Con Ivan y Ona nos perdiamos de vista, pero decidimos seguir adelante para llegar lo antes posible y pedir ayuda para volverlos a buscar. Nos paso de largo una barca que iba mar adentro, dio alcanze al kayak de Ona e Ivan que les alertaron para que les rescataran y resulto que era un pirata de mar que les pedia dinero por el rescate. Ademas el tipo no paraba de reirse y flipaba de la locura que habiamos cometido al irnos tantos kilometros mar adentro con los kayaks. Cuando pasaron por nuestro lado nos dijeron si queriamos subir a la barca pero ya nos quedaba poco para llegar a tierra y era cuestion de orgullo espartano, asi que decidimos seguir hasta el final. Pasada la aventura, y una vez en tierra sanos y salvos, nos pegamos una buena ducha y nos fuimos a cenar y a tomarnos unas merecidas cervezas. El dia fue sensacional, ya que a pesar de la tormenta de ultima hora, pudimos disfrutar de unas islas con playas paradisiacas y del asombroso paisaje escarpado que forma la roca caliza, tan caracteristico y pintoresco de Railay. Nos despedimos al dia siguiente de Krabi para tomar rumbo al siguiente destino: Koh Lanta.

domingo, 26 de octubre de 2014

CHIANG MAI Y PAI: PUNTOS DE REFERENCIA TURISTICA DEL NORTE

Tal y como llegamos a la estacion de autobuses nos dimos cuenta que eramos turistas... Empezaron a venir conductores de tuk-tuk, taxi y agentes hoteleros a ofrecernos desplazamiento y alojamiento. Yo no habia encendido aun mi cigarro que estaba envuelto de gente agobiandome. Como siempre, nosotros optamos por el transporte local. Al llegar al centro de Chiang Mai enseguida nos dimos cuenta que atras habian quedado los pueblecitos autoctonos y con encanto del norte de Tailandia, donde apenas eramos los unicos occidentales. Aqui por el contrario el ambiente es cien por cien turistico, lleno de agencias ofreciendote visitar el templo de los tigres, las mujeres jirafa, el paseo en elefante y demas actividades con cierto atractivo para el mundo occidental... Decimos lo de "cierto" porque a nosotros no nos apetecia nada entrar en esa especie de feria... Al empezar a preparar el viaje a Tailandia la verdad es que nos resultaba algo atractivo, diferente y original; pero a medida que nos fuimos documentando sobre estos temas, vimos la realidad que se esconde detras de estos negocios y decidimos no ser participes de este circo mediatico. Nos pusimos mapa en mano y fuimos a visitar los templos de la ciudad, donde pudimos observar a los monjes budistas restaurandolos y cuidandolos. En esta zona al norte del pais la arquitectura de los templos es diferente al resto y se nota claramente la influencia birmana y china. Al dia siguiente madrugamos y fuimos a alquilar una moto (una 250cc que parecia una 600cc). Con las pocas indicaciones del personal de la tienda de alquiler nos pusimos en marcha, no sin antes parar a buscar el riguroso cafe de la mañana de Diana (sin el cual le entra una mala....que no veas). Nos esperaban 150km, de ellos 100 por una carretera de montaña llena de sacacorchos peores que en el circuito de Indianapolis. Un total de 762 curvas que enamorarian a cualquier motero. Paramos en una zona llamada Cañones de Pai de aspecto similar al Cañon del Colorado pero en pequeña escala. Despues de unos kilometros mas ya estabamos en Pai. Este pueblo tiene fama por su ambiente hippy y bohemio... pero para hippy Menorca y para bohemio el Born. No hace falta que hagas miles de km hasta aqui porque no vas a encontrar nada de eso. Si que encontraras en cambio un monton de occidentales y bares para beber y fumar. Hemos hablado maravillas de Tailandia, pero tambien queremos ser sinceros (sobretodo con nosotros mismos) y expresar cuando algo no ha sido de nuestro agrado. De vuelta por la carreterita de curvas paramos en un parque natural donde habia un geiser y nos bañamos en las aguas termales. Casi llegando a Chiang Mai nos hizo frenar de golpe el olor a carne a la brasa que provenia de un chiringuito lleno de thais (buff!, con las ganas que teniamos de comer algo que no fuera arroz o pad thai!). Comimos carne hasta saciarnos, con el acompañamiento de fondo de un solista con su guitarra tocando en directo los ultimos exitos del top 10 tailandes. Pasamos el ultimo dia aqui y decidimos poner fin a la ruta por el norte. Nos apetecia mucho visitar algunas islas y cambiar la montaña por el mar; asi que fuimos a coger un autobus hasta Bangkok, para de alli volar a Krabi. Mientras esperabamos el bus estuvimos hablando con un tailandes que nos dijo que era del Sur (de la ciudad de Trang) y nos aconsejo que visitaramos Railay, que nos venia de paso antes de ir a Koh Lanta; asegurandonos que quedariamos asombrados por su costa llena de acantilados de piedra caliza que se adentran en el mar. La ventaja de viajar por nuestra cuenta es que nos podemos permitir el lujo de improvisar y aventurarnos segun nos venga en gana; asi que, como nos parecio buena idea, fijamos como proximo destino Railay.

sábado, 25 de octubre de 2014

MAE SARIANG Y MUAY THAI

Para llegar a Mae Sariang, fue una odisea; entre el incomodo vehiculo, el duro trayecto de 10 horas lleno de curvas, la cantidad de gente y de bultos a nuestro alrededor. Una cosa que nos llamo la atencion fue la cantidad de controles policiales que hay por el camino, te hacen parar cada pocos kilometros y piden la documentacion a todo el mundo. Tambien hay muchas aldeas de refugiados birmanlos, la mayoria de ellos musulmanes de una etnia del sud de Birmania que feron desplazados a Tailandia a causa del conflicto contra la guerrilla birmana del norte.En 2011 Birmania hizo un cambio de gobierno hacia un cariz mas democratico y por este motivo Tailandia se propuso el pasado mes dd julio repatriar a los birmanos que habitan en los doce campos de dd refugiados fronterizos. Llegamos a Mae Sariang con poca ganas de buscar alojamiento; si bien se acerco un amable hombre a preguntarnos que necesitamos, le contestamos que un sitio para dormir, se ofrecio a mostrarnos su hotel, nos dio muy buena onda y nos alojamos ahi mismo. A la mañana siguiente el mismo hombre nos pregunto que planes teniamos y nos acompaño a buscar unas bicicletas para visitar los alrededores . Al primer sitio donde fuimos fue al gimnasio del excampeon de Muay Thai Supachai Sawangkul a ver sus instalaciones y a hablar con él. Se trataba de un espacio al aire libre, en el campo, con un entoldado donde tiene montado el ring y unos sacos. Se nos acerco un hombre a saludarnos y enseguida lo reconocimos, era él. Nos enseño fotos de sus combates, a parte de una libreta con anotaciones de gente que habia hecho clases con el y acordamos hacer una clase por la tarde. Seguimos recoriendo los campos de arroz con las bicis, llegamos hasta la entrada de un templo, el camino seguia en montaña y los monjes nos hicieron un gesto extrañados por si pensabamos continuar con la bici.... al girar la esquina lo entendimos, ya que la cuesta era tan pronunciada que no se podia continuar sin bajarse de la bicicleta (pero como somos unos machos, la subimos "con un par" y las camisetas chorreando de sudor). Merecio la pena el esfuerzo por las vista tan espectaculares que nos ofrecia el entorno montañoso y de campos de arroz. Mientras descendiamos por la colina empezo a llover y como se acercaba la "beer time" decidimos parar a descansar en un puestecito donde se ponen los campesinos y tomarnos un par de cervezas con unos frutos secos viendo caer la lluvia entre los arrozales, un momento de relax donde contemplar maravillado el entorno que te rodea (y mas aun con dos birras frescas!). Por la tarde fuimos a la clase de muay thai y Sapuchai nos hizo un entreno que nos dejo baldados, si bien nos enseño los principales golpes de la disciplina marcial, fue fantástico y nos despedimos haciendo fotos con los alumnos suyos que querian tenerlas de recuerdo. Despues de la clase fuimos al hotel a relajarnos y comer para coger fuerzas para el siguiente destino: Chiang Mai.